SERVICIO DE ASISTENCIA DE EMERGENCIA Y SU INCLUSIÓN EN LA CONTEMPORANEIDAD
Dr. Marcia Alves Tassinari, Wagner Durange
26-12-2016

RESUMEN

Reflexionar acerca de los aspectos de la contemporaneidad como representantes de un nuevo orden de vida, de dimensión fluida, implicadores de una dinamización de la subjetividad y de la sociedad, se convierte en un esfuerzo difícil en la búsqueda de la comprensión del hombre moderno. Además, se requiere una (re) evaluación del concepto de salud para obtener prácticas más saludables. En este contexto, se hace imprescindible el cuestionamiento del papel de la psicología a la adecuación a las nuevas practicas de ayuda psicológica que sean más adecuadas para responder a la demanda social. La Guardia Psicológica (Plantão Psicológico) surge como una propuesta potente del servicio de Psicología para los desafíos del siglo XXI, especialmente las propuestas basadas en el Enfoque Centrado en la Persona. Se ofrece un ejemplo de este tipo de atención psicológica.

PALABRAS-CLAVE: Contemporaneidad; Enfoque Centrado en la Persona; Guardia Psicológica.

LA GUARDIA PSICOLÓGICA Y SU INSERCIÓN EN LA CONTEMPORANEIDAD

INTRODUCCIÓN

Entramos en la segunda década del siglo. XXI y podemos ver como nuestras vidas van cambiando rápidamente, lo que nos exige un esfuerzo constante y actitudes para enfrentar los nuevos problemas y desafíos que nos llevan a buscar alternativas personales y profesionales.

Este trabajo fue desarrollado a cuatro manos a partir de la revisión del trabajo de terminación de curso de uno de sus autores y de las reflexiones de otro. El binomio profesor-alumno se mezcla en el texto, tejiendo los hilos que forman la red.

El propósito de este artículo es reflexionar sobre la práctica y la teoría de una modalidad de atención psicológica, que se ha denominado Guardia Psicológica (Plantão Psicológico), enumerando sus atributos y algunos ámbitos de aplicación, así como considerarlo como una posibilidad de intervención con mucho potencial para promover la salud de nuestra sociedad contemporánea. Para ello, vamos a tratar de construir un camino, con algunas reflexiones sobre los paradigmas con los que la salud, la psicología y la contemporaneidad se han enfrentado

.La elección del tema es relevante, ya que refleja los desafíos que la psicología como promoción de la salud tiene que enfrentar. La desafía (como ciencia) y ante si misma (en la contemporaneidad), solicitando una (re) evaluación continua (tanto en la teoría como en la práctica) para no sucumbir a los movimientos complejos y acelerados de esta época.

A través de la prácticas supervisadas en la psicología humanista clínica, donde uno de los autores trabaja como pasante en la guardia y la otra como supervisora y coordinadora del servicio de Guardia Psicológica (Plantão Psicológico), nos dimos cuenta de que este tipo de atención psicológica puede ofrecer aportes significativos: como promoción de la salud con gran amplitud social, viable económicamente, con flexibilidad política – la disponibilidad del servicio, se adapta a la realidad de las instituciones en general, un servicio independiente ("libre del tiempo y el espacio"), adaptado a las situaciones de emergencia, acorde y respondiendo a la época.

Breve panorama de la conteporaneidad

Tal vez la principal característica y desafío de esta época sean la rápida e intensa transitoriedad de los fenómenos. Este proceso implica y penetra la vida biológica, psicológica y social, a veces configurando, a veces desconfigurando la realidad de las personas, lanzándolas a incertidumbres y angustias.

Encontramos en Bauman

“Liquido-moderna” es una sociedad en la que las condiciones sobre las cuales actúan sus miembros cambian en un tiempo más corto del que es necesario para la consolidación, en hábitos y rutinas, de las formas de acción. La liquidez de la vida y de la sociedad se alimentan y se revigorizan mutuamente. La vida liquida, asi como la sociedad liquida-moderna, no puede mantener la forma o permanecer en su curso por mucho tiempo.

Así la sociedad cambiante venció por goleada a la sociedad estancada (Masi 2000). Una dimensión de fluidez (líquida), y no más sólida, tiene radicalizado la dinámica de la vida, abarcando y llevándonos a las agitadas corrientes del caos contemporáneo. En este sentido ha sido importante reflexionar sobre el hacer psicológico y la demanda social, así como también cuestionar y analizar críticamente el ejercicio de la profesión.

El trabajo de psicólogos en instituciones de salud se remonta al inicio del siglo XX y surgió como propuesta de integrar la psicología en la educación médica. En esa época,

Las principales causa de morbilidad y mortalidad eran enfermedades infecciosas como neumonía y tuberculosis. Actualmente la enfermedades están más relacionadas al estilo de vida, causas ambientales, ecológicas y patrones comportamentales (MARTINS, ROCHAS JR, 2001)

Como podríamos responder a las cuestiones de la salud relacionadas al estilo de vida, causas ambientales, ecológicas y patrones comportamentales en la actualidad? ¿Cómo podríamos trabajar su promoción en este contexto? ¿Cuáles serian las contribuciones/aportes de la psicología?

Tal vez, un aspecto importante sea la reinvención del rol que recae sobre la Psicología (y la ciencia) en el siglo XXI para transponer el paradigma emergente.

... Y sus implicaciones

La salud según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “ estado de completo bien estar físico, mental y social y no consistiendo solamente en la ausencia de una dolencia o enfermedad” amplio el concepto a otras instancias. Y para mapear / relevar la situación real sobre la salud y las condiciones de vida de las sociedades, la OMS, con la intención de ayudar a los organismos gubernamentales a crear políticas más eficientes, presento el Informe Sobre la Salud en el Mundo (2001) en donde expuso una serie de factores sociales que influyen directa e indirectamente en el modo de vida (y en la salud) de las personas.

Este informe señala siete factores, incluyendo la naturaleza de la urbanización moderna y sus factores de estrés, como el congestionamiento y la polución del medio ambiente, la pobreza y la dependencia en una economía basada en el dinero, con altos niveles de violencia o reducido apoyo social (DESJARLAS et al. 1995). La pobreza creciente de la población urbana, ocasionando altos índices de desempleo y condiciones de vida miserables, exponiendo a millares de migrantes al estrés social y a un riesgo mayor de trastornos mentales debido a la ausencia de redes de apoyo social, los conflictos, las guerras y el desasosiego social están asociados a las altas tasas de problemas de salud mental. Señalan también el aislamiento, falta de transporte y comunicaciones y limitadas oportunidades educacionales y económicas.

Entre los diferentes estratos económicos, los múltiples papeles desempeñados por la mujer en la sociedad, la colocan en mayor riesgo, respecto de trastornos mentales y comportamentales, que a otras personas de la comunidad. Y, además, esta mujer tiene “sobre si” la tarea de educación de sus hijos, que muchas veces queda por debajo de lo necesario para el desarrollo saludable de los jóvenes, que más tarde, crearan valores en la sociedad basados en esa relación.

También sucedió un cambio radical en el diseño de la familia. Dejó de existir un proveedor, y este papel fue dividido entre la pareja. Se tornó fácil deshacer un matrimonio. El objetivo de ambos, del padre y de la madre, coincidió en la provisión de recursos materiales para la supuesta “formación” de los hijos. Y el vínculo primordial, quedó en segundo (o tercer) plano. La escuela, con algunas excepciones, no se adaptó a esa nueva demanda social, continuando en un empeño, poco fructífero, de ofrecer “contenidos”, además de compartir el cariño de los niños El resultado es que, la personalidad de los niños viene siendo estructurada con disfunciones y el índice de violencia en las grandes ciudades subió por encima de lo esperado. Por otra parte, la escuela (y todos nosotros) ha demostrado negligencia en el tratamiento de un “cáncer contemporáneo” llamado bullying. Actos de intimidación y violencia ocurren principalmente en la escuela primaria. Es cierto que todos los días, quien sabe, millones de niños y jóvenes de todo el mundo son afectados por el bullying, sean víctimas o agresores, la tendencia es que las victimas se convierten en agresores. Aunque todavía hay reticencias en algunos sectores para debatir sobre el prejuicio racial y étnico en el contexto de las preocupaciones acerca de la salud mental, la investigación psicológica, sociológica y antropológica, ya ha demostrado que el racismo está relacionado con la perpetuación de los problemas mentales

Continuando con el escenario de transformaciones, encontramos uno de los cambios más significativos del siglo XX, la implantación de una red de telecomunicaciones y de informaciones (con gran contribución de Internet). Este aparato puede ser considerado como el fenómeno más importante de ese siglo, facilitando el advenimiento de la globalización. Y a partir de eso, la vida contemporánea y sus derivados asumieron la velocidad como condición sine qua non, la desestructuración del tiempo y del espacio, categorías que se están transformando de un modo radical (MASI 2000)

Hay evidencias que sugieren que las representaciones en los medios de comunicación influyen sobre los niveles de violencia, el comportamiento sexual y el interés en la pornografía, así como también que la exposición a la violencia en los videojuegos aumenta el comportamiento agresivo y otras tendencias agresivas (DILL, DILL 1998).

Hoy en día, los gastos en publicidad en todo el mundo están rebasando en un tercio el crecimiento de la economía mundial. La comercialización agresiva está desempeñando un papel substancial en la globalización del uso de alcohol y tabaco entre los jóvenes, aumentando así el riesgo de trastornos relacionados con el uso de sustancias y las condiciones físicas asociadas (KLEIN, 1999).

Podemos observar a través de solo algunos tópicos del informe sobre la Salud en el Mundo (2001) , como la crisis mundial viene afectando todos los aspectos de nuestras vidas, o sea, la salud, el medio ambiente, la economía, las relaciones sociales, la tecnología, la política, La crisis alcanza dimensiones intelectuales, morales, espirituales y científicas. Capra (1995) resalta como una señal impresionante el hecho de que los especialistas, en los varios campos, no estén capacitados para responder a las indagaciones, a los problemas urgentes que surgen en sus respectivas áreas.

Estos mecanismos se combinan en complejidad con "dos perceptibles actitudes contemporáneas: la individualización y la apatía social.Bauman (2001), en un análisis sociológico, dice que

La nueva instantaneidad del tiempo cambia radicalmente la forma de la convivencia humana - y lo más sobresaliente es el modo en que los humanos cuidan (o no cuidan, si fuera el caso) de sus quehaceres colectivos, o más bien, el modo como transforman (o no transforman, si fuera el caso) ciertas cuestiones en temas colectivos (p. 146-147)

Por último, a través de los medios de comunicación, la salud, un problema humano y existencial, puede ser compartida por todos los sectores de la sociedad. Para esos segmentos sociales, la salud y la enfermedad implican una compleja interacción entre aspectos físicos, psicológicos, sociales y ambientales de la condición humana y sus significados, expresa una relación que impregna el cuerpo individual y social, del ser humano como totalidad. Por lo tanto, la salud y la enfermedad son categorías que traen una carga histórica, cultural, política e ideológica.

Llegamos a la conclusión de que precisamos comprender el hombre de la actualidad –poseedor de una vida líquida inmerso en la dinámica de una sociedad liquido-moderna- para empezar a visualizar una concepción de salud más asertiva y saludable. Si de hecho comprendemos este hombre como un ser integral comprometido en cuestiones de la contemporaneidad, deberemos entonces, promover la salud con base en este entendimiento. Seria imprudente negar, o incluso subestimar, el profundo cambio que el advenimiento de la “modernidad fluida” produjo en la condición humana (BAUMAN, 2001)

LA PSICOLOGIA EN CRISIS (?)

Mientras escribíamos este trabajo, algunos acontecimientos emergieron en la dinámica de nuestras vidas, causando reflexiones, cuestionamientos y dolores.

Nos referimos a los desastres en la región Serrana/RJ; la guerra en Libia; el terremoto y el tsunami en Japón; la masacre en la escuela de Realengo/RJ; y el tornado en Alabama en los Estados Unidos. El resultado de estas fatalidades

fueron millares de muertos, heridos, expuestos a la intemperie, refugiados y desamparados. En todos estos casos subyace un fenómeno –el sufrimiento emergente.

En un reportaje del diario consta que la fila para tratar enfermedades mentales, como la del autor de la masacre de la escuela de Realengo/RJ, dura hasta cuatro meses. (Diario O Globo – 17 de abril de 2011). Observando las reacciones de las Secretarias de Salud y Educación, percibimos la total falta de preparación de las instituciones para las situaciones de urgencias y de emergencias, demostrando por ejemplo, la ineficacia en la atención psicológica y social a las familias afectadas.

Sabemos lo mucho que este sufrimiento emergente esta impactando la vida de estas personas (y las nuestras); entonces, podríamos preguntarnos: ¿cómo podría ayudar la psicología?

Desde la década de 1980, asistimos al surgimiento de una nueva problemática de la Psicología, que sobrevino, principalmente, de su inserción en la red publica. Hasta ese período, las instituciones públicas, no poseían psicólogos en sus cuadros, con raras excepciones, tales como algunos hospitales psiquiátricos, por ejemplo. Arrancado de su papel técnico y cientificista y sustentado por una supuesta unidad de la Psicología, el psicólogo brasilero se ve delante de una serie de cuestiones político-sociales que atraviesan el hacer psicológico y señalan el carácter alienante de las prácticas tradicionales.

Las cuestiones ahora cambian de foco y problematizan la función propia de la psicología. ¿Esta debe seguir trabajando a partir de teorías y técnicas importadas en una seudo-universidad, o debe intentar escuchar la real demanda de la población brasilera? ¿Cómo construir prácticas que atiendan a esa demanda de modo de contextualizar las problemáticas emergentes en cada comunidad, desarrollando trabajos de transformación de las relaciones injustas y excluyentes y no reproduciendo el sistema socio-dominante? (CFP, 1988, 1994) Tassinari (2009, p. 174) expone el siguiente cuestionamiento: “¿Será que la psicoterapia esta evolucionado en la dirección de incluir las necesidades sociales y de ser de ayuda para la mayoría de las personas que la buscan? ¿Nuestros modelos de psicoterapia han sido efectivos en aliviar, resolver o modificar el sufrimiento de la mayoría de la población brasilera? Y enfatizamos: ¿esos modelos han sido efectivos para la mayoría de las personas en la atención de sus urgencias y para las que necesitan en las emergencias?

La autora (op. Cit.), dice que,

durante mucho tiempo la psicología, a través de sus practicantes, ha respondido a las personas de una manera, casi invariablemente, con psicoterapia individual, dos o tres veces por semana, durante un período largo. Y casi como si la Psicología fuese identificada solamente como Psicología Clínica, esta entendida como psicoterapia individual de fundamentación psicoanalitica realizada en los consultorios particulares de dos a cuatro veces por semana, durante cinco años. Nos parece muy pobre reducir la Psicología a este entendimiento, excluyendo asi otras posibilidades eficientes de atención psicológica, asi como a diferentes propuestas psicoterapéuticas.

EVOLUCIÓN DE LA CONCEPCIÓN DE PSICOLOGIA CLINICA.

La denominación Psicología Clínica fue utilizada la primera vez en 1896, por Lightner Wittmer, quien importo la palabra de la medicina por considerarla el mejor término para indicar el carácter del método de examen y validación del desarrollo mental y físico de los niños. De esta forma, Wittmer, protestaba contra las especulaciones filosóficas y los resultados de la experimentación de laboratorio, pues el psicólogo clínico debería interesarse principalmente por el niño individual, con el fin de descubrir la relación entre causa y efecto en la aplicación de los varios tratamientos pedagógicos para el niño que sufre de retardo general o especial y hasta para el niño normal.

La etimología de la palabra “clínica”, de origen griego, remite al significado “cama” e “inclinarse” y designa los cuidados que el médico dispensa a los enfermos postrados en cama. Augras (1981) considera poco feliz esa denominación, ya que se asocia inmediatamente a la idea de enfermedad. Ampliando un poco su definición original, pero manteniendo, su dimensión evaluadora, La Asociación Americana de Psicología, divulgo la siguiente declaración:

La Psicología Clínica tiene por finalidad definir las capacidades comportamentales y las características del comportamiento de un individuo a través de métodos de medición, análisis y observación y sobre la base de una integración de estos resultados con datos recibidos de los exámenes físicos y historias sociales, proporciona sugerencias y recomendaciones con miras al apropiado ajuste del individuo.(MACKAY, 1975, p. 75).

La concepción clásica o tradicional estaba influenciada por el modelo médico, a través del Psicoanálisis, donde el profesional actuaba como un experto y restringía su clientela a las clases sociales favorecidas, con un enfoque intra-individual, enfatizando los procesos psicológicos y psicopatológicos, realizando psicodiagnósticos y psicoterapia individual y grupal (esta, más raramente)

El estudio del Consejo Federal de Psicología (1994) presenta los vectores que impulsaron la ruptura de la concepción clásica de Psicología Clínica: cambios socioculturales amplios, cambios en el campo de la Psicología, cambios socio-políticos en el país y la necesidad de una práctica transformadora hicieron eclosionar prácticas y revisiones teóricas que atendieran las nuevas demandas y nuevas concepciones de la salud y la enfermedad mental, justificando la inserción de la Psicología en el campo de la Salud.

Se asume aquí la comprensión de la Psicología Clínica como perteneciente al área de la Salud, con su actuación en el contexto social, pudiendo actuar también en el nivel preventivo ( prevención primaria), utilizándose las diferentes orientaciones teóricas, promoviendo salud en diferentes contextos, además del consultorio particular, hospital general, hospital psiquiátrico, prisiones, guarderías, puestos de salud, escuelas, villas de emergencia, trabajo con chicos de la calle, con familias victimas de violencia doméstica, en jurisdicción de familia, infancia y juventud, solamente para citar alguna de sus actuales posibilidades.

Recientemente, el Ministerio de Salud (2004), en su programa Humanizases, publicó la cartilla sobre la Clínica Ampliada, afirmando “que los valores que orientan esta política son la autonomía y el protagonismo de los sujetos, la co-responsabilidad entre ellos el establecimiento de vínculos solidarios,, la participación colectiva en el proceso de gestión y la indisociabilidad entre atención y gestión (p.4) La Clínica Ampliada propone que el profesional de salud desarrolle la capacidad de ayudar a las personas, no solo a combatir las enfermedades, también a transformarse, de manera que la enfermedad, siendo un limite, no reimpida vivir otras cosas en su vida. La Ética implícita en la Clínica ampliada converge profundamente con las propuestas de la Psicología Humanista.

Partiendo de la insuficiencia de la práctica psicológica en la experiencia clínica, se busca comprender el malestar contemporáneo, señalando, insistentemente, como sufrimiento humano en un mundo conturbado. El tema se impone como urgencia visto que esa practica cuestiona la transición de paradigmas científicos, actitudes fundamentalistas, y nihilistas al lado de la globalización de la economía, avances tecnológicos propiciadores de intensa aproximación de mezclas y pulverización de diferencias. Como consecuencia de esta transición, las referencias que respaldaban la comprensión del sujeto moderno, ancladas por la consciencia y la racionalidad, están siendo cuestionadas.

Del mismo modo, también se ponen en cuestión las figuras subjetivas , concebidas como relativamente estables para respaldar la construcción de un modo de ser, presentando el orden ligado al equilibrio, por la separación, nítida entre interior y exterior, a través de las cuales el sujeto es fundamento de su propia existencia: funda su libertad y construye su esencia .

Tal comprensión, inicio de la experiencia clínica, demanda una resignificación (Andrade, 1996)

En ese sentido Andrade (1996) propone que hacer una cartografía del malestar contemporáneo es tener en cuenta el modelo de ciencia y sus conjunciones, nosologías comunicacionales y cognitivas, los efectos en las estructuras clásicas y modernas de verdad, sujeto, historia y mundo.

Sufrimiento como mal-estar representa un fenómeno perturbador actual, lo que implica considerar la “transformación” (“reviravolta”) subjetiva de la realidad, direccionando el foco a los procesos de constitución de la subjetividad y los obstáculos experimentados en la contemporaneidad. Implica considerar “darle la vuelta” (“reviravoltear”), a la subjetividad, fuera del ámbito de la identidad y representación, requiriendo los múltiples procesos de subjetivación, generados en las dimensiones sociales, culturales y temporales.

Se refiere a preguntas como: ¿Incorporan los instrumentos comprensivos de la psicología. las nuevas modalidades de registro de las subjetividades contemporáneas?

Es claro que el contexto social, político, económico y cultura contemporáneo claman por cambios en los abordajes implicados tanto en la concepción e implementación de la salud y la educación como en la pedagogía de la formación profesional de sus agentes. Proponer alternativas técnico y reflexiones teóricas para profesionales que manejan una población resultante de un nuevo orden mundial se presenta como una tarea desafiante para los psicólogos.

A la vista de ese enfoque de la realidad, impuesta progresivamente con contundencia y en forma punzante, cabe la pregunta: sería posible abrir otras posibilidades de prácticas clinico-pedagógicas, en salud y educación, para el mal-estar contemporáneo? (ANDRADE, 1996; MORATO, 1999).

En el contexto de post-guerra, el Asesoramiento Psicológico/ Counseling surgió como una modalidad de la psicología clínica, apuntando a la prontitud en el cuidado del sufrimiento del otro (MORATO, 1999), mostrando la necesidad de la psicología de atender, sufrir y transformarse, acompañando los cambios sociales, como la creación de métodos para buscar el bien-estar de aquellos que demandaban más allá de las investigaciones científicas, intervenciones y teorías. En el funcionamiento de esa práctica, se encontró la articulación entre los puntos de referencia –teórico y metodológico- como valor ético en el compromiso científico y social del psicólogo: un posicionamiento epistemológico y otro sobre explicaciones científicas y su pertinencia como destino para el bien-estar de la humanidad (MORIN,1990) redireccionando investigaciones más allá de los muros de la Universidad (las acciones interventivas de los laboratorios en el campo), pues este cambio de rumbo, podría promover una práctica más humanizante de atención psicológica en las instituciones, reconociendo a sus profesionales como agentes sociales de campo.

En este sentido, el Enfoque Centrado en la Persona, al enfatizar la salud en todos los emprendimientos humanos, inaugura en la Psicología la noción de psicoterapia, no como tratamiento y si como un trabajo de crecimiento, de promoción, del desarrollo. Eso implica concebir salud y enfermedad mental como pertenecientes un mismo continuo. La comprensión aquí adoptada para la concepción de salud remite al punto de vista/concepción de Rogers (apud WOOD, 1994) de la persona en funcionamiento pleno. El organismo humano se esfuerza continuamente para desarrollarse, aún en condiciones adversas.

CARL ROGERS. EL ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA

Carl Ranson Rogers, fundador del Enfoque Centrado en la Persona (ECP), nació en 1902 en Oak Park, Illinois, y murió en 1987 en California, donde pasó los últimos treinta años de su vida. Dejó su vida documentada a través de artículos y libros, se convirtió en doctor en Psicología Clínica de la Universidad de Columbia. Él comenzó su vida como un psicoterapeuta de niños y familias en una clínica infantil pública en Rochester, estado de Nueva York, y su trabajo clínico ayudó a legitimar la práctica de la psicoterapia como una tarea de los psicólogos, no sólo de los médicos en los Estados Unidos. Autor de numerosos libros sobre grupos de psicoterapia, la enseñanza y el aprendizaje y los conflictos sociales, desafió a la ciencia a la hora de adoptar una postura eminentemente humanista y de poner énfasis en la tesis de la Tendencia Actualizante.

Rogers propone un aspecto básico de la naturaleza humana que lleva a una persona a una mayor coherencia y a un funcionamiento realista. Por otra parte, esta tendencia no se limita a los seres humanos, es parte del proceso de todos los seres vivos. Esta es la tendencia que se manifiesta en toda vida orgánica y humana, desplegar, ensanchar, ser autónomo, desarrollar, madurar la tendencia a expresar y activar todas las capacidades del organismo en la medida en que dicha activación valoriza el organismo o el Sí mismo. Rogers (1983) sugiere que en cada uno de nosotros hay una tendencia inherente orientada a hacernos competentes y capaces hasta donde estemos aptos biológicamente.

Al igual que una planta trata de ser más saludable, como una semilla contiene dentro de sí el potencial para hacer un árbol, una persona también se ve obligado a convertirse en una persona íntegra, completa y auto-actualizada. La tendencia hacia la salud no es una fuerza abrumadora que supera los obstáculos a lo largo de la vida, sino que es fácilmente entorpecida, distorsionada y reprimida. Se ve como la fuerza motriz dominante en una persona que está funcionando con libertad, no paralizada por acontecimientos pasados o creencias actuales que sustentan la incongruencia.

La Tendencia Actualizante actúa y está presente en todos los seres orgánicos y tiende a la complejidad tanto en situaciones favorables como desfavorables para el organismo.

Según Rogers (1983), es esa tendencia que opera y nos hace darnos cuenta cuando un cuerpo está vivo o muerto.

En los primeros 30 años, la Terapia Centrada en el Cliente fue llamada Enfoque Centrado en el Cliente, y en los años siguientes, se le ha llamado el Enfoque Centrado en la Persona. Al principio, contribuyó, más específicamente, a la práctica y teoría de la psicoterapia y la psicología humanista, más tarde, Rogers amplió los conceptos teóricos y prácticos derivados de prácticamente todos los tipos de relaciones humanas, siempre con la aplicación de las tres condiciones necesarias y suficientes (citado PERCHES, 2009) a otros campos como la educación, las organizaciones, los grupos, las familias, las comunidades y las instituciones psiquiátricas

El término Enfoque Centrado en la Persona es adecuado para todos los contextos, sin embargo, hay que entender la obra de Rogers como eminentemente clínica, no sólo por haberse iniciado así en su trayectoria personal, sino porque el análisis de las intervenciones propuestas se revela como una práctica psicológica extremadamente coherente aplicada a las personas en diferentes contextos y formas de relación – psicoterapeuta y cliente, alumno y profesor, patrón y empleado, padres e hijos, miembros de los grupos con conflictos inter-raciales, religiosos, políticos e ideológicos.

Wood (2010) propone siete elementos para describir el Enfoque Centrado en la Persona como "una forma de ser ante ciertas situaciones", "un posicionamiento existencial en sus actitudes" y hay también "una perspectiva fenomenológica en sus intenciones", aunque no es una filosofía, como señala el autor. Los elementos son:

1. Perspectiva de vida positiva.;

2. La creencia en una tendencia direccional formativa, "se trata de una tendencia evolutiva hacia un mayor orden, mayor complejidad, mayor interrelación."

3. Intención de ser eficaces en sus propios objetivos, facilitar el proceso de cambios constructivos en la dinámica psicológica;

4. La consideración de la persona, en su singularidad, por su autonomía y capacidad de autodeterminación;

5. La flexibilidad del pensamiento y de acción no reprimida por las teorías;

6. Tolerancia respecto de las incertidumbres y ambigüedades;

7 Sentido del humor, humildad y curiosidad.

Rogers (1951) prioriza de esta manera, su preocupación acerca de la importancia de la postura del psicoterapeuta como persona en la relación con el cliente y también la aplicación de esta filosofía de ayuda psicológica a través de acciones concretas, aunque sean técnicas de psicoterapia. Para ello, es necesario que el psicoterapeuta se desprenda de sus teorías y psicodiagnóstico y se permita experimentar la realidad intersubjetiva de aquella relación de ayuda psicológica, teniendo en cuenta tanto el marco de la vida y los valores del cliente como su propia subjetividad en la relación (O "HARA, 1983).

GUARDIA PSICOLÓGICA

Presentamos la Guardia Psicológica (Plantão Psicológico) – basada en el Enfoque Centrado en la Persona - como una forma de servicio contemporáneo por su "naturaleza", capaz de responder a las muchas capas sociales y sus demandas, posibilitando cambios a gran escala. Al igual que en los raros instrumentos musicales, tiene una trama adecuada - potente para la promoción de la salud, la intervención terapéutica y la atención de la urgencia psicológica y las emergencias.

Vimos al principio de este artículo, que la crisis mundial, compleja, multidimensional, y la liquidez de la sociedad y de la vida están afectando todos los aspectos de nuestras vidas, es decir, la salud, el medio ambiente, la economía, las relaciones sociales, la tecnología, la política, etc.

De la misma manera, vemos la expansión de la Psicología Clínica, dejando la línea de tratamiento meramente curativo en los distintos consultorios individuales, a largo plazo, basados principalmente en el psicoanálisis freudiano para trabajar con grupos y/o individuos en diferentes contextos, o de corto plazo, basados en distintas orientaciones teóricas considerando la dimensión preventiva y el crecimiento personal, y teniendo al psicólogo como agente de cambio social.

Sin embargo, el acceso a los servicios de psicología no está garantizado para todos, especialmente en países en los que el desarrollo sigue siendo precario. Hegenberg (2004) sostiene que en el mundo actual, hacer varias Psicoterapias Breves, en varios momentos diferentes de una persona, parece tener más sentido que un solo análisis, por un largo período de tiempo, también establece que:

El fenómeno de la exclusión social se produce en un sinnúmero de maneras: económica, social, cultural. Vemos en nuestro país, como parte de este proceso, a muchas personas que viven en una situación de gran sufrimiento sin tener posibilidades de encontrar ayuda necesaria para su tipo de dolencia- Es urgente que podamos contar con prácticas clínicas de calidad y que hayan sido desarrolladas con el rigor exigido por la comunidad científica, para que puedan ser insertadas en las políticas públicas de salud mental (p. 12).

La propuesta de atención de la Guardia Psicológica (Plantão Psicológico) viene a llenar parcialmente este vacío adecuándose a las necesidades de la persona que necesita hablar con un profesional que puede ayudarla a comprender mejor su realidad, en sus momentos de angustia. Esperar en una larga cola y / o someterse a entrevistas de selección de los procedimientos de evaluación y derivación parecen dificultar el compromiso con la psicoterapia, especialmente para las personas que están interesadas en el proceso de reconstrucción de la personalidad, pero que necesitan especial atención en determinados momentos de sus vidas

Según Mahfoud (1999) este Servicio llamado Guardia Psicológica (Plantão Psicológico) se creó en Brasil inspirado en las experiencias del modelo de walk-in-clinics de los Estados Unidos para brindar atención inmediata a la comunidad en los décadas del 70 y 80, y ofrecía atención de emergencia en el momento de la demanda. Rosenberg (1987) describe la trayectoria del primer Servicio de Guardia (Plantão) Psicológica que se registra en Brasil. Y se instala en el Instituto de Psicología de la Universidad de San Pablo (IPUSP) en 1969 en el sector de asesoramiento psicológico.

Cury (apud PERCHES, 2009) hace hincapié en que la guardia psicológica se originó, por tanto, como una práctica institucional que tenía como objetivo satisfacer la demanda emocional de emergencia de los clientes, practicada por los médicos disponibles y cualificados, y que funcionaba, por lo general en una sola sesión con la posibilidad de una o más sesiones, según lo requerido por el cliente y las normas de funcionamiento del servicio al que pertenecía.

Una primera definición de la Guardia Psicológica es ofrecida por Mahfoud (1987):

La expresión Guardia (Plantão) está asociada a cierto tipo de Servicio, ejercido por profesionales que están a disposición de cualquier persona que los necesite por períodos de tiempo predeterminados y sin interrupción. "Desde el punto de vista de la institución, la atención de la guardia requiere una sistematización del servicio ofrecido. Del profesional, este sistema requiere una disposición a enfrentar lo no planificado y la posibilidad (un poco remota) de que el encuentro con el cliente sea único. Y, desde la perspectiva del cliente, significa un punto de referencia, para algún momento de necesidad (p.75).

Esta definición se complementa con Tassinari (2010), que propone la Guardia Psicológica como:

Un tipo de atención psicológica que es completa en sí misma, realizada en una o más consultas sin duración predeterminada, con el objetivo de recibir a cualquier persona en el momento exacto (o casi exacto) de su necesidad, para ayudarla a entender mejor su emergencia y, si es necesario hacer una derivación a otros Servicios. Tanto el tiempo de consulta, como las sesiones posteriores, dependen de las decisiones conjuntas del profesional y del cliente durante la consulta [...] el profesional y el cliente van a buscar juntos “en el momento" las posibilidades aún no exploradas, que se pueden activar a partir de una relación cálida, sin juicio, en el que la escucha sensible y empática, la expresividad del profesional y su genuino interés en ayudar, juegan el papel primordial (p.176).

Para May (1999, p 222), la mejor manera de asegurar el futuro para el hombre es enfrentar el presente de una manera auténtica con valor y de manera provechosa, pero advierte que: "Enfrentar la realidad presente a veces provoca ansiedad. [...] Esta ansiedad es una especie de vaga sensación de estar "desnudo", o de encontrarse frente a una realidad de la cual no se puede escapar, retroceder o esconderse”

Apoyar a ese hombre en esa confrontación es parte de la propuesta de atención de la Guardia Psicológica que crea un espacio en el que puede buscar ayuda cuando la necesite.

Según Mahfoud (1999), el psicólogo en este tipo de servicio no está ahí para resolver problemas, sino que trata de estar presente y acoger, centrado en la persona y no en el problema.

Entonces, lo que ofrece el psicólogo, es un espacio en el que la persona va a expresar sus sentimientos, se siente recibida para poder repensar y revisar sus cuestionamientos. Y, una vez logrado (y experimentado) esta relación experiencial, la tendencia actualizante del cliente podrá reanudar su curso original, y entonces los flujos de crecimiento, la autorrealización, encaminará al organismo a una mayor armonía y un mejor funcionamiento. De este modo, el potencial de vida se extenderá ampliamente promoviendo procesos de salud en la persona.

La Guardia Psicológica puede ser un servicio eficiente con la aplicación de la Psicología y el Enfoque Centrado en la Persona, atravesado por las actitudes facilitadoras del profesional, que proporcionan un ambiente "ideal", así como la posibilidad de que, en una sola sesión, la persona pueda iluminar su demanda, es decir, una comprensión más clara (y verdadera) de cómo se comprende en determinada situación. Podemos encontrar varios trabajos desarrollados que validan la eficacia de la Guardia Psicológica ofrecido en distintos contextos, como las Escuelas, las Organizaciones públicas y privadas; Hospital General, Hospital Psiquiátrico, Comunidad, Organizaciones Militares, Escuela Clínica; Instituciones Socio-Educativas, en situaciones de emergencia; y otros.

Creemos que su potencialidad de aplicación tiene posibilidades inimaginables, lo que sugiere esfuerzos para nuevas investigaciones. En cuanto a la movilización de las estructuras, tanto individuales como institucionales, la Guardia Psicológica permite cambios significativos y enriquecedores, si no es superado por "malestares" y "amenazas", ya que no siempre estamos preparados para hacer frente a lo que surge a través de este servicio.

GUARDIA PSICOLÓGICA EN LA COMUNIDAD, UN EJEMPLO

En el segundo semestre de 2010, el autor-pasante tuvo la oportunidad de unirse a un equipo en el proyecto piloto de Guardia Psicológica en la Comunidad en el “morro da Mangueira”, en Río de Janeiro, a través de una alianza entre la Escuela de Clínica de Psicología Humanista de la Universidad y el Centro Cultural Cartola

El relato de la atención fue de la siguiente manera: La sala de guardia "estaba" en una biblioteca en el segundo piso del edificio, y yo atendía los miércoles a las 16h. Uno de esos días, recibí a P. de nueve años que asistía a las actividades de lucha (judo y capoeira) impartidas en el CCC, y era acompañado con la psicoterapia ofrecida en este sitio.

Lo recuerdo entrando en la habitación con un modo malicioso, desafiante (mascando chicle) y lo percibí un poco desconfiado. Yo le dije que podía ponerse cómodo, y que estaba disponible para hablar de lo que él quisiera.

P. Me dijo que tenía una banda (eran más de tres) y él era el jefe. Que se peleaban y les pegaban a sus "colegas" porque no tenían dinero y eran tontos (mariquitas). Su banda siempre estaba con el dinero suficiente (alrededor de R$ 200 reales en el bolsillo) y eran más fuertes. Debido a este comportamiento había sido suspendido algunas veces, y fue marginado por todos en la escuela.

Vivía con sus abuelos maternos, ya que su madre lo dejó a sus cuidados, y ella estaba en su segundo matrimonio, donde tuvo dos hijos más (6 años y 2 años).

Mi postura era tratar de entender y aceptarlo en toda su complejidad, en lo que el estaba expresando en nuestro encuentro. Lo que realmente importaba era que había una persona que estaba allí en busca de algo.

Durante nuestro encuentro, me di cuenta de que, a medida que yo buscaba estar más presente en su “interior”, más próximos y confiados estábamos uno con el otro. Como estábamos en una biblioteca, P. miraba los detalles, entonces, le ofrecí la posibilidad de conocer el espacio. Luego tomó una hoja y quiso dibujar (con silencios y conjeturas), intercalando nuestras conversaciones experienciales proporcionadas por sus dibujos; dibujó un coche (pasión de su hermano menor). Luego se levantó de la mesa y hojeó unos libros. Me dijo que le gustaba leer las Aventuras de Narizinho, y tenía toda la colección (exploramos los sentidos). Nuestro encuentro de este día duró 40 minutos, y P. me preguntó si podía volver la próxima semana (feedback).

A la semana siguiente, P. entra por la puerta diciendo: "Hola tío, llegué, puedo pasar?" Ese día, hablamos sobre todo de sus abuelos (con quienes vive). Me dijo que los amaba, y que siempre ayudaba a su abuela con las tareas del hogar (barrer la casa, pasar el trapo en los pisos, lavar los platos, etc.), cosa que la deja muy contenta.. .Nuestro encuentro duró 20 minutos ese día.

Un servicio enriquecedor, dos encuentros, que me mostraron el potencial movilizador de la Guardia y sus propósitos (de acogida, comprensión, experimentación, libertad, [....]). En el inicio un niño mostrando su agresividad y "hombría" y que durante la atención se fue movilizando y experimentando su afectuosidad. Fui testigo de cómo el movimiento de la tendencia actualizante puede funcionar en poco tiempo. Ofrecerle un entorno facilitador, la confianza, la incondicionalidad y la empatía, nos permitió dialogar en un significativo nivel experiencial. Este ambiente "ideal" permitió que P. pudiera ser lo que es, no lo que debe, y entonces vivir aunque sea por unos momentos con sus verdades en libertad, lo que facilitaría nuevas posibilidades experienciales.

CONSIDERACIONES FINALES

No podemos negar la nueva realidad, la dimensión fluida de la vida que se presenta en la nueva escena contemporánea, donde varios desdoblamientos experienciales han implicado y “transformado” la subjetividad y el modo de ser de las personas, en un arraigo relacional que construye una dinámica de la sociedad, y es construida por ella.

En este contexto, que importante es también “transformar” la Psicología (y la Ciencia) para (co) responder verdaderamente a la demanda social - principalmente en la promoción de la salud y los enfrentamientos emergentes. Superar el concepto de Psicología Clínica más allá del consultorio, redefiniendo - teorías y prácticas – la ayuda psicológica, tal vez el reto más apremiante de esta época.

Por lo tanto, reflexionar sobre la práctica del servicio de la Guardia Psicológica, como una posibilidad de intervención con gran potencial movilizador para la promoción de la salud en la sociedad contemporánea, se convierte en una actitud ética, frente a los paradigmas en los que la Salud, la Psicología y la Contemporaneidad se han encontrado. Creemos que el Enfoque Centrado en la Persona proporciona recursos suficientes para las propuestas de la Guardia Psicológica. Además, el ECP como postura ética del humanismo (Amatuzzi, 2010) ofrece significativos y potentes aportes a la contemporaneidad. También somos conscientes de la necesidad de seguir explorando este terreno fértil de la Guardia (Plantao), que puede ser útil en situaciones de catástrofes, cuando la acogida de la urgencia puede ser un hito en la vida de una persona o una comunidad. Por la tanto, este artículo invita a seguir adelante con las semillas aquí sembradas.

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